Utopía

Nada mas y nada menos, aquí estoy, solo como quizás Dios me trajo a este mundo. Pero no pertenezco aquí, mi vida se encuentra en un universo paralelo. Acompáñame en esta
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Joe The King (1999)(Critica - Reseña)

Joe The King es una película dramática estadounidense de 1999, escrita y dirigida por Frank Whaley y protagonizada por Noah Fleiss.

La historia sigue los pasos de un joven de 14 años llamado Joe, quien se verá envuelto en problemas familiares, criminales y conductuales.

La turbulenta vida de un joven oriundo de New York, nos ira atrapando lentamente conforme avanzan las escenas. En ellas, veremos cómo es crecer en un ambiente fatídico donde los crímenes, los excesos y los maltratos se sienten a flor de piel y con total naturalidad.

La película es una clara muestra sobre los problemas que cualquier persona podría transitar durante la temprana edad: familia desestructurada, marginación, desigualdad y, sobre todo, delitos juveniles. Algunos de ellos tratados de maneras muy crudas y originales.

Si bien en varias instancias de la película sentiremos un sabor muy agrio, también podremos disfrutar de algunos valores más amigables que nos darán unos vestigios de humanidad. Aunque, sin duda, la trama mantiene una esencia más cruda que predomina durante toda la película.

En cuanto a lo técnico, la personificación de Joe es muy humana y transparente, tanto que podemos encarnar nosotros mismos sus vivencias y sus sentimientos, conviviendo también con su entorno catastrófico. Por su parte, la ambientación está muy bien lograda, con sus características callejeras y barriales. Un escenario digno para la historia relatada.

Resumiendo, Joe The King nos regala una interesante propuesta audiovisual, dotada de muchos aspectos reales y frecuentes, y presentados de manera sobresaliente y eficaz. Una película que visibiliza las problemáticas sociales de los jóvenes desprotegidos, tanto física como mentalmente y que muchas veces van solos a la deriva.



Antaños - Supaplex

Supaplex es un videojuego creado por Michael Stopp y Philip Jespersen, dos estudiantes suizos, y publicado por Dream Factory (Digital Integration) en 1991. Se trata de un clon mejorado del Boulder Dash.

El juego trata básicamente de Murphy, un enigmático personaje que deberá hacerse paso por diferentes niveles y puzzles cuyo nivel de dificultad será cada vez mayor conforme avance el desarrollo del juego.

La idea original de sus programadores era obtener una versión optimizada del juego Boulder Dash para que pudiera caber en un disquete y, sobre todo, que fuera concebido como un software libre.
En cuanto a su contenido, Supaplex cuenta con 111 niveles oficiales y una cantidad infinita de niveles no oficiales que se han publicado en Internet.
Vale aclarar que muchas características del juego se han mejorado con respecto al Boulder Dash, tales como placas de circuitos con errores, base de piezas, etc.
Existen otras versiones actualizadas o clones del Supaplex, como por ejemplo: Megaplex, Rocks 'n' Diamonds o Supaplex 3000.

En mi opinión, Supaplex es una muestra firme que marca el inicio de una era en la historia de los videojuegos.
Como siempre digo, su desempeño frente a las tecnologías actuales lo expone a una marginación inevitable, pero aun así, nunca esta de más conocer un poco sobre los primeros juegos que acompañaron, quizás, nuestra infancia.
Los escenarios propuestos, la dura dificultad y sus extraños personajes son los puntos favorables del juego. Y su particular estética e historia, lo convierten en un clásico que no debe perderse en la memoria.



Link de descarga (pagina oficial): http://www.elmerproductions.com/sp/

Nota: Recuerden que si tienen problemas al correrlo en versiones actuales de Windows y/o otro tipo de sistema operativo, deberán descargar un emulador de DOS, tales como DOSbox.

"Senderos del mar III - Renaciendo" (Poema Propio)

Una locura espontánea
Circula por mi cuerpo
Un dolor tan espantoso
Me liquida por dentro

Entre tanta amargura
Fresca tengo la conciencia
Es tiempo de mano dura
Y terminar con esta guerra

Tome fuerte mi escopeta
Y corrí por el sendero
Ese lindo camino al cielo
Cubierto de mar y océano

Arribe en el campo verde
En los pastos grises altos
La encontré con otro vago
Desnudita entre sus brazos

Apunte hacia su cabeza
Y ella solo se asusto
El cobarde salio huyendo
Y ella sola ahí quedo.



El Clan (2015)(Critica)

El clan es una película dramática argentina de 2015, dirigida por Pablo Trapero y protagonizada por Guillermo Francella y Peter Lanzani.
Basada en hechos reales, narra la vida del clan Puccio, un oscuro y siniestro grupo de secuestradores y asesinos que efectuaron sus actos entre 1982 y 1985.

Una excelente y muy dura película que nos refleja etapas oscuras y tristes de la historia argentina, tales como la dictadura militar, los secuestros, las desapariciones, etc.
Entre trato malestar, el clan Puccio ejerce sus horribles e infames actos, secuestrando y asesinando personas inocentes que quedaran siempre en la memoria de sus familias.
Fuerte, preciso y directo, un film lleno de emociones, reflexiones y recuerdos.


"Futuro" (Poema Propio)

El futuro es muy incierto
Y el pasado inoportuno
No se aun lo que yo siento
En mi gran sueño nocturno

La fachada de mi alma
Gran delirio de mi espada
Grandes guerras infectadas
Mundo nuevo, vida sana

Duras penas nos imploran
Malas vibras nos otorgan
Somos reyes sin coronas
Vientos fuertes nos sofocan

Las metas de mi camino
Marcaran mi gran destino
Ten mas fe en mi castigo
Quédate tu aquí conmigo

"Cultura en soledad" (Cuento Propio)

“Quien mal anda, mal acaba”.

Nos levantamos bien temprano esa mañana para dar un lindo paseo cultural con mi tío Francisco, pasamos del Tortoni al Barolo, del Malba al Palais de Glace, y finalmente, luego de un refrigerio, decidimos entrar al centro cultural. Imponente, enorme, un verdadero espacio para el arte y la imaginación.
Al entrar, tuvimos que aguardar la fila para comprar la entrada, sin embargo, al llegar a la cabina, nos dimos cuenta que el encargado de vender las entradas, se había ido. En lugar de el, desde el oscuro fondo de la cabina, se acerco un hombre de aspecto viejo, alto, delgado, con ojos saltones y un pelo blanco descontrolado. Sin emitir una palabra por parte de el, le preguntamos cuando costaba la entrada, y luego de un profundo silencio, nos dijo simplemente que para nosotros la entrada era totalmente gratis, y luego de eso, se retiro y nosotros un tanto sorprendidos, entramos directo por la puerta principal.
Al entrar vimos un mural de bienvenida, con imágenes de dibujos azules en fondos blancos, era una tradición del lugar, ya que fue la primera pintura que se había exhibido. Seguimos avanzando por el pasillo, hasta que llegamos a la primera sección, donde la muestra trataba de fotografía, como siempre, Francisco alardeaba sobre sus conocimientos artísticos y me otorgaba sus sermones llenos de palabras y frases que ni el entendía. Su voz seguía disparando palabras, pero mi mente no captaba nada, estaba anclada en una de las imágenes que estaba observando, un hombre, delgado, viejo y desnudo, con estilo de blanco y negro, y una mirada triste y directa, sentí como si me estuviera queriendo decir algo.
Visitada toda la 1era sección, nos aventuramos a entrar en la segunda, esta, a diferencia de la otra, trataba sobre pinturas y garabatos sin sentido, obras locas y exaltantes. Lo mas extraño fue ver que estas no tenían firma, de autor, eran de origen anónimo, la extraña combinación de los colores y el ruido del viento proveniente de la ventana, generaba la sensación de estar en un mundo psicodélico y surrealista, con toques de terror y demencia.
Casi hipnotizado por la obra central, pude darme cuenta que Francisco se había ido hacia la ultima sección, por lo cual, decide hacer lo mismo, mientras iba caminando, sentí como si todo lo visto hasta el momento se desvanecía hacia la nada, pero la voltear, todo seguía igual, solos obras que miraban directo a mis ojos sin presentar rasgos de vida alguno.
Mientras me dirigía por el pasillo, note que las paredes comenzaban a tomar un color negro, del tipo suciedad, y la luz iba disminuía conforme yo avanzaba en mis pasos, algunas personas venían del interior de la sala, pero no venían con sonrisas o algún signo de felicidad, largas caras con lagrimas en sus ojos, serias y algunas con la cabeza abajo, caminaban y caminaban sin parar. Estando a uno pocos pasos de la entrada a la sala, Francisco, salio de su interior, me miro y me dijo, -La obra es perfecta, te penetra, te absorbe, te posee.-, y siguió su camino.
Le habrá gustado demasiado, pensé, mi entusiasmo y mi curiosidad acompañaron mis ganas de abrir la puerta, al entrar, la curiosidad se torno misteriosa y el entusiasmo se convierto en miedo puro, a lo largo de la sala, se podían observar cientos de cuadros con las personas que había visto salir del interior de la muestra, pero no eran simples pinturas, las siluetas se encontraban en situaciones mortales, colgadas, con sangre, en acto de suicidio, llorando, gritando, era una locura, pero eso no era lo peor, en el fondo se hallaba el retrato de Francisco, cubierto de sangre y con el rostro blanco. Entrando en pánico, salí inmediatamente de ahí, pero un cuadro mas llamo mi atención, toda mi atención, era mi cuadro, mi pintura, pero a diferencia de las demás, la mía estaba feliz, contenta, alegre. Cuando alce mi mano para tocarla, todo se oscureció.
Y luego desperté, inmóvil en el marco, viendo como mi retrato apreciaba mis colores y mis pinceladas, mientras comentaba sobre la obra, me miro con una sonrisa perversa y se alejo por el pasillo, mientras yo aun espero a que el vuelva.

"Las esquinas" (Cuento Propio)

“Quien define al fantasma, quien lo ve, o a quien ve el”

La cinta era bastante aburrida pero perturbadora, daba miedo, sí que lo daba.
La habitación estaba muy oscura, hacía frío y estaba muy nublado. Lucas comenzó a tocar el bajo y a entonar notas raras, algunas sonaban como tritonos. Lo peor era su rostro, parecía endemoniado, realmente lo disfrutaba mucho pero era extraño.
Me incline sobre la silla y gire la cabeza hacia el extremo de la habitación y fue justo cuando lo vi, el espíritu, colgado de cabeza con los ojos tiesos, me observaba fijamente. Realmente me asusto mucho.
Volví a ver la cinta y el fantasma ya se había ido, a eso Lucas me comenta:
-Ayer soñé algo feo-
-¿Si?, contame - le dije yo.
-Termine de ver esa película rara que te conté, me fui a dormir y soñé que un niño pequeño, pálido y vestido de traje, me miraba fijo y sin moverse. Fue tan perturbador que me levante transpirado y muy asustado-
-Yo he soñado cosas peores- le comente -Pero no te las voy a contar.
En medio de la conversación, las luces se apagaron y vimos como la muñeca, casi endiablada, nos miraba desde la ventana y la habitación se cerró. Silencio atroz.
Ya no podíamos confiar en nadie, las paredes eran inoportunas, el techo distante y el resto de la casa inaccesible. Aunque las esquinas parecían ser la única salvación, las mismas estaban abiertas a lo paranormal, repleto de fantasmas sedientos de mal.
No nos quedaba otra opción más que terminar de ver la cinta cinematográfica y apreciar, de algún modo, como terminaría. Tal vez los protagonistas sobreviven, o quizás nosotros moriríamos, o quizás los fantasmas nunca existieron y estábamos locos. Tal vez, nosotros permanecíamos en la película, o, simplemente, estábamos en las esquinas, perturbando a los que nosotros creíamos que eran los fantasmas.

"Aerosilla" (Cuento Propio)

“¿Ficción o realidad?, difícil de explicar.”

Los primero rayos de sol impactaron contra mi rostro, forzándome a abrir los ojos y despertar de un sueño profundo, parecía que venia de una borrachera increíble, me dolía la cabeza, y tenia ganas de vomitar, al volver a la realidad, me di cuenta que estaba en una aerosilla, solo, andando por montañas y montañas sin fin, si en una aerosilla, sucia, oxidada y en mal estado, suena muy extraño, era una mañana temprano, veía las otras aerosillas que volvían, pero todas vacías, las montañas cubiertas de nieve, sin ninguna rastro de ser vivo, bueno, supuse que me había quedado dormido en el trascurso del viaje, pero no tenia noción de cuanto tiempo había dormido.
Los skies estaban dañados, y mi campera algo sucia, hacia un poco de frío, y de a poco se comenzaba a nublar, de repente vi algunas personas por debajo de mí, trate de gritarles y preguntarles cuanto faltaba para llegar a la cima, pero no me escuchaban.
El tiempo pasaba y la aerosilla seguía su rumbo, ya se estaba tornando turbio, me parecía totalmente raro que aun no llegaba, la noche y el frío ya se apoderaban del ambiente, y los nervios se hacían presentes,  a lo largo comencé a apreciar unos destellos de luz, que cada vez  hacían mas graves, decidí recostarme, tranquilizarme y mirar el cielo, sin una estrella , nublado, con ganas de llover, empecé a reflexionar que podía estar pasando, pero algo me distrajo, ahora los destellos se desplazaban de un lado al otro en el cielo, parecía de película, pestañee y pestañee, hasta que los destellos se fueron, levante la cabeza y ,juro por Dios, que ahora si me asuste, en vez de subir hacia la cima, estaba bajando, demasiado extraño para creerlo, la niebla disipaba todo alrededor. Ya no sabía que mas hacer, decidí dejar una pequeña “N” marcada en el extremo de la silla, ante cualquier cambio de último tiempo.  Acaso era un sueño, mientras debatía conmigo mismo, unos pequeños ruidos se oían de atrás, con la niebla no pude lograr ver que era, cuando me doy vuelta nuevamente hacia delante veo una figura un tanto fantasmal viéndome desde la aerosilla siguiente, los ojos tiesos y luminosos, mirándome fijo y directo,  trate de hacerle señas y le grite con mucha fuerza, pero no daba un gesto de vida, no obstante, oí otro ruido proveniente de atrás, ni más ni menos que otro fantasma, y en la aerosilla contigua, otro, y otro, así hasta que logre disipar a todos los fantasmas en sus respectivas aerosillas, estaba más que claro, todo era un sueño, todo eso era irreal. Todos mis delirios fueron interrumpidos por un salto y abarrote por parte de estos seres, uno de ellos se colgó en mi aerosilla, causando que esta se tambalee, mi mochila se cayó, mi abrigo también, pero lo peor no era eso ahora  veía a ese ser más de cerca, alto, grande, cubierto de pelaje, garras afiladas, ojos bien grandes y una mandíbula cubierta de dientes, y con instinto asesino.
Permanecí inmóvil, mientras este me observaba fijo, cuando trate de tomar uno de mis skies, el infame mordisco de la bestia hirió mi brazo y seguido mi entrepierna, los gritos de dolor y la sangre cubría todo el panorama, era el fin, la pesadilla acabaría de la peor manera, mis ojos tiesos y mi corazón latente no sabía qué hacer, estaba sin salida alguna, me arme de valor y trate de golpearlo o empujarlo, fue un entre pleito extremo, mi vida corría peligro, golpee a mas no poder, arrojando mis puños por doquier, pero no era suficiente la criatura seguía saltando, subiendo, empujando, cambie de posición hacia el extremo de la aerosilla, una pierna la tenia inmóvil, me levante como pude y no me quedo otro remedio que colgarme del cable conector, pero la insaciable bestia imito la acción, no tuve otra opción, me abalance contra ella, pero no había salvación su fuerza era infinita, rendido deje caer el cuerpo y mientras era devorado, entres llanto y agonía, pude observar la salvación, el final del recorrido estaba próximo, sabía que debía lograr llegar hasta ahí, así que enterré mis dedos en el interior de los ojos de la criatura, cuando estaba casi ciega, asfixie su cuello para ganar tiempo y llegar al final, medio muerto, tenía la bestia encima, pero ya casi llegaba, tan solo estaba a unos pasos, -lo lograré, lo voy a hacer- repetía, cuando finalmente toque suelo firme. Todo se interrumpió.
-Disculpe, señor, ha llegado al final del trayecto, creo que le gano el sueño- esas palabras provenían del guarda del cerro.
Totalmente consciente, pude ver que mis estado estaba optimo, la aerosilla estaba intacta, el día soleado y la montana rodeada de personas. Baje de la aerosilla y camine firme por la nieve, cuestionándome si todo fue un sueño, una alucinación, pero lo importante era que estaba en el realidad, vivo y sano. Mientras me encaminaba a la salida del cedro, observe, con todo el temor y nerviosismo, la pequeña “N” marcada en una aerosilla, de no cree que todo no fue un sueño, todo había sido real, corrí gritando que detuvieran el sistema, pero nadie me oía, seguí gritándole a la persona que iba subiendo en esa máquina infernal, pero era muy tarde, la dicha aerosilla se elevo por los cielos, alto y lejos, mientras la niebla se apoderaba del lugar, los truenos se hacían presentes y las nubes negras tornaban el bello cielo de oscuridad. 

"Lealtad" (Cuento Propio)

La grandeza de una nación y su progreso moral pueden ser juzgados. Por la forma en que ésta trata a sus animales”.

Gandhi. Abogado y político indio.

Mi nombre es Ángela. Vivo en el barrio porteño de Flores y la siguiente historia es acerca del amor, el cariño y la lealtad que recibí por parte de un hombre y de un... perro. Yo vivía con mi abuelo, llamado Francisco, quien se caracterizaba por ser un hombre duro y regio, pero siempre predispuesto y de buen corazón. 
Debido a su edad, tenía algunos problemas de corazón y, lamentablemente, padecía de un cáncer muy severo que lo tenía en cama para mantenerse en reposo.
Muy triste fue cuando su situación se torno tan delicada que tuvo que ser transferido al hospital más cercano. Mis nervios y mi ansiedad que aguardaban conmigo se vieron interrumpidos por mis llantos y angustia cuando el doctor me dijo que no había nada más que hacer, solo era cuestión de tiempo y lo mejor era terminar con su estado para que no sufriera más.
El amable doctor me dejo verlo para poder despedirlo por última vez, y nos dejo a solas para tener privacidad. Las lágrimas no me permitían hablar mucho, lo único que pude hacer es abrazarlo, darle muchos besos y decirle que la vida fue muy injusta, que lo amaba y que siempre lo llevaría dentro de mi corazón. Mi abuelo, casi sin voz ni fuerza, me respondió que me amaba con toda su alma y que siempre me cuidaría, sea cual sea la forma. 
Horas más tarde falleció en paz y sin dolor. Yo creía que mi vida ya no tenia sentido, me había quedado totalmente sola, pues el era la única familia que me quedaba. Pero lo que sucedería después, me recobraría el espíritu.
Algunos días más tarde, mientras iba al supermercado, encontré a un pequeño perrito asustado y con mucho frió. Me apenó tanto que decidí llevarlo hasta mi casa, darle un poco de agua, algo de comer y algunas caricias, acciones que me agradecía con un meneo de cola y saltos de alegría. 
La mañana siguiente me encontraba en mi casa limpiando algunas cosas y viendo una película romántica. Como es de costumbre, siempre trato de hacer varias tareas juntas: dejar cargando agua para regar las plantas, la cafetera trabajando y la bañera con el agua abierta para que se vaya llenando y, como mi cabeza estaba metida en varias cosas, la ducha sobrepaso los limites y inundo todo el baño. Como tenía algunos enchufes cerca, hubo un pequeño cortocircuito y, por desgracia, una inevitable explosión.
Justo cuando entre para comprobar que pasaba, una segunda explosión impactó directo contra mí, dejándome casi inconsciente en el suelo.
La desesperación y el miedo se apoderaban de mí, cuando el fuego y el humo se propagaban por toda la casa, y yo no tenía ni fuerzas para levantarme.
Mi respiración comenzó a disminuir y mi vista estaba casi nula. Cuando pensé que ya no había salida, fue ahí cuando el perro, el mismo que había salvado, tuvo la lealtad y valentía de atravesar las llamas del fuego y arrastrarme hasta la puerta para luego salir hacia la calle a ladrar y advertir a los vecinos.
Los bomberos y ambulancias no tardaron en llegar. 
En cuestión de minutos, todos ya estaban brindando su ayuda. Mi casa había quedado completamente destruida. 
Ya estando a salvo y fuera de peligro, sentada en la camilla no sacaba mi mirada de aquel perro. Si no fuera por él, no estaría viva. 
Mientras lo acariciaba lentamente, un grupo de ancianos se acercaron a mí y me dijeron que el perro les pertenecía y que lo habían reconocido por la televisión cuando vieron el accidente del incendio.
No tuve otra opción más que entregarlo. Le di las eternas gracias y lo despedí con mucho cariño.
Mientras se alejaban, me acorde que no tenia idea de cual era el nombre de mi pequeño salvador. Por lo tanto, le pregunte amablemente a sus dueños e instantáneamente los llantos volvieron hacia mi.
El perro, cuya lealtad y amor salvaron mi vida, se llamaba simplemente... Francisco.

"La habitacion de mis padres" (Cuento Propio)

“Sueños inalcanzables, finales desesperantes”

No era muy tarde aquel día, cuando me encontraba placido en mi habitación leyendo mi nuevo ejemplar de la biblioteca, postrado en la cama, en una linda noche de verano, tranquilo mientras leía “1408” de King, en un abrir y cerrar de ojos se escucha la voz de mi madre proveniente de la cocina pidiéndome que valla a buscar su reloj, que se encontraba en su habitación, me levante sin ningún problema, pase por el living, el baño y llegue hasta la habitación,  la famosa habitación de mis padres, especial, podría decirse, decorada con un revestimiento de los años 60’, estilo antiguo, alfombra polvorienta, cama de color café, armarios gigantes, candelabros y un cuadro italiano, del cual no recuerdo el nombre, solo que era un tanto espantoso.
Cruce el marco de la puerta, eche un vistazo a mi alrededor, y vi que el alajero estaba sobre la mesa de luz, en el instante que fui a recogerlo, una fuerte brisa de viento provoco que se cerrara la puerta, al ver esto me dirigí hacia ella, trate de abrirla, pero era imposible, le grite a mi madre para que me abriera pero fue inútil, no me escuchaba, pero eso no era lo peor, mientras yo luchaba con la puerta, escucho un pequeño sonido atrás mío, al darme vuelta, veo, un tanto desconcertado, la luz del velador encendida, no lo tome como nada fuera de lo normal, me acerque y la apagué, al instante que realice esa acción, la luz del otro velador también se encendió, esta vez lo tome como algo extraño, de nuevo repetí la acción, me acerque y la apagué, pero luego, ya entrando en terror, se apago la luz del candelabro, pero con eso no basto, sino que comenzaron a escucharse ruidos que provenían de la calle, gritos aturdidores, como si fueran de asesinato, y como si fuera poco solo me alumbraba la luz del velador de la mesa cajonera, por lo tanto me quede solo con esa, tratando de analizar las cosas con total seriedad, me cuestionaba a mi mismo diciendo si tal vez fue una baja tensión, problema en los tapones, pero no era así, ya que las luces de las calles estaban es perfecto estado, de repente siento un sismo que hizo que varias objetos ,incluso yo, cayéramos al suelo, al levantar la mirada, veo que una grieta se había formado en la pared derecha de la habitación.
Cada vez se oían más gritos provenientes de la calle, pero uno en particular hizo que me pusiera nervioso, al poner mi oído contra la puerta, escuche a mi madre llorando y gritando por su vida, cada vez mas fuerte, me inundaba la cabeza, empecé a golpear, rogando que abran, pero eran como si mis palabras se las llevara el viento, de repente los ruidos callaron, eso me puso mucho mas nervioso, golpe la puerta con todas mis fuerzas, rompí uno de los veladores contra ella, pero todo fue en vano, nunca podría volver a salir de allí. La claustrofobia y el encierro se hacían presentes, no sabia si lo que estaba sucediendo era realidad o una pesadilla, tal vez me estaría volviendo loco, podría haber sido una teoría, ya que a cada rato veía pasar siluetas de un rincón a otro, como si fueran fantasmas, mis ojos estaban tiesos, estaba asustado, muy asustado, la grieta de la pared cada vez se hacia mas grande, los gritos volvían, se incrementaban y luego se volvían a disolver, ya no distinguía bien los colores, sabia que ese era mi fin, nunca mas volvería a ver la luz del sol, de repente la grieta termino por convertirse en un enorme vacío, una fuerte brisa empezó a tirar todo el interior de la habitación hacia ella, relojes, espejos, lo que sea, tuve que aferrarme debajo de la cama, fuertes y fuertes vientos se llevaban todo, cuando finalmente cesó, el cuarto se encontraba vacío, una voz comenzó a hablarme desde un rincón, al darme vuelta, la silueta de mi madre diciéndome que ya era de hora de partir, yo me rehusaba, estaba sucio, con la ropa manchada, rota, heridas en el rostro, las manos, ya no podía seguir mas, deje caer mi cuerpo sobre la cama, y de repente la habitación estaba intacta, como si hubiera sido un flash, al lado mío estaba el cuerpo de mi madre, helado, con los ojos tiesos, la televisión se encendió y comenzó a emitir imagines desagradables, por la venta veía sombras gigantes que me llamaban hacia la oscuridad.
De repente, suena el teléfono, era mi madre, con voz pobre, pidiéndome que haga lo que ellos quieren, pidiéndome ayuda, mi desesperación volvía y ya no sabia que hacer, la voz de mi madre se callo, de la nada aparecieron cientos de siluetas fantasmales que me arrastraban hasta de un extremo a otro, mi cuerpo ya no me respondía, mi muerte se aproxima, pensaba, entre todos los fantasmas, estaba mi madre, diciéndome que ya faltaba poco, que espere un poco mas, para que nos viéramos, mis ojos empezaban a cerrarse. Finalmente las siluetas dejaron caer mi cuerpo de nuevo sobre la cama, y desaparecieron.
Postrado, sin fuerzas y absolutamente solo, opte por tomar la ultima decisión, tome la afeitadora de mi padre, saque la pequeña hoja con filo, y encare la misma hacia las venas de mis manos, no tenia otra forma de hacer ese vil acto que estaba a punto de cometer, no, no había otra, los fantasmas incentivaban mi acción, las luces se prendían y apagaban solas, era el fin, el completo fin, al momento de ejecutar la acción, imágenes de mi familia hicieron su intervención, recuerdos casi borrados de mi infancia, momentos alegres, felices, hicieron que reflexione, y actúe de manera correcta.
Que lograría con suicidarme, aun mas decidí morir, pero llevarme la condenada habitación conmigo, tome el encendedor de mi madre, algunos papeles, cortinas, sabanas, y encendí un fuego que ardió incandescentemente y se llevo todo por delante, las siluetas comenzaron a perderse en las llamas, gritando, como así también las sombras, las voces, todo, mientras todo se iba perdiendo, yo me encontraba en la cama, riéndome y disfrutando aquel acto, las llamas crecían, y yo seguía riéndome, mas, mas y mas, hasta que finalmente el fuego venia por mi, mi cuerpo entregado, y mis ojos se estaban cerrando, yo pensaba que ya estaba listo, todo estaba por terminar, cuando de repente, se escucha la voz de mi madre, gritándome que valla a buscar su reloj, abrí los ojos, atónito y no podía creer lo que estaba viendo, mi cuarto, yo, acostado, el cuento en mis manos, el televisor prendido, no podía hacerme creer que todo había sido un sueño, mi madre volvió a gritarme, me levante rápido, cruce el living, el baño, y ahí estaba esperándome, la temida habitación de mis padres, ya no podía verla como un cuarto mas, me temblaban las manos, gire la perrilla, y abrí la puerta, no sabia que era lo que me esperaba, una simple habitación, o tal vez una cuarto terrorífico, repleta de aquellas cosas que hicieron llevarme al punto final, tome aliento, valor y entre, a la espera de lo que allí aguardaba, a la espera de lo que sea.