Utopía

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Loca aventura...

Ema (2019)(Critica - Reseña)

Ema es una película dramática chilena de 2019, dirigida por Pablo Larrain y protagonizada por Mariana di Girolamo y Gael García Bernal.

La historia sigue los pasos de Ema, una peculiar bailarina, quien deberá reconstruir su vida dejando atrás algunos sucesos desfavorables.

La película representa una muestra artística, sensorial y mezclada con componentes de problemáticas sociales. Posee escenas simbólicas y de larga duración que nos invitan a pensar mientras el sonido de fondo y la danza nos acompañan. 

La historia carece de un rumbo fijo o camino marcado. Más bien se centra en un devenir de sucesos que la componen lentamente y, conforme avanzan las escenas, podemos apreciar el caudaloso pasar de Ema, donde se involucran su contorno y los personajes. También nos mantiene en un estado de incertidumbre, intentando imaginar lo que siente la protagonista y balanceándose entre misteriosos y tristes sentimientos.

A nivel técnico, las escenas de baile, la música, los sonidos y las luces recrean un escenario frenético y motivador, cargado de sentimientos experimentales y con planos largos y centrados. Por su lado, el baile, un espectro simbólico, se mantiene como pieza fundamental en toda la película. Se lo ve como un respiro, como ese aliento que necesita la protagonista para seguir con su vida.

La caracterización de Ema es sorprendente; fría de alma y oculta de sentimientos, con una mirada helada y regia e impactando con sus diálogos fuertes, crudos y directos, esos que van directo al corazón y se escapan de la cordura. Además sus acciones esconden tendencias violentas, algunas de las cuales superan los límites convencionales.

El desenlace se caracteriza por ser oportuno, desorbitado, apasionante y perverso, donde las realidades de todos los personajes se confrontan y se revelan todas las facetas.

En conclusión, Ema es una película brillante que refleja posturas partidarias y sentamientos tan complejos como peligrosos. Todo envuelto en un manto de locura, amor y sexo, donde el baile es la liberación y la exposición del ser real.