Debido al sofocante calor que hacia ese día y las horrendas
visitas que estaban cenando en el comedor, los más jóvenes decidimos irnos al
inmenso patio para respirar un poco de aire y observar las estrellas que tan
linda cubrían la noche.
Luego de pasar por historias pasadas, cuentos de terror,
algunos chistes y comentarios ajenos, decidimos comenzar a contar sueños que
habíamos tenido a lo largo de nuestra vida y que de alguna u otra manera nos
habían marcado.
Joaquín empezó a contar su sueño, uno de cuando tenia 12
años de edad y que tuvo lugar en una cabaña de verano que había alquilado con
su familia, el suponía que debido al cambio de ambiente y los nuevos aires
sufrió esos sueños tan perturbadores, mas que sueños eran pesadillas.
En su sueño, Joaquín se encontraba solo en una oscura y
polvorienta cabaña, con muebles destruidos y ratas que corrían de un lugar al
otro. Entre tanto espanto, el pequeño niño pudo divisar una luz a través de una
ventana que provenía desde afuera.
Al salir noto como toda su familia comenzaba a caminar
directo hacia el mar, ingresando lentamente al agua hasta que estuvieron
tapados completamente y sin poder respirar.
A sus costados se encontraban dos hombres altos, muy altos a
los cuales Joaquín no pudo verle los rostros, pero que en un mínimo instante
esos dos hombres se encontraban detrás de el, esperando que se encamine hasta
el fondo el mar.
Todos quedamos inmóviles y sin hablar, era realmente muy
extraño. Al instante que Joaquín finalizo su relato, seguía el turno de
Ernesto, se cruzo de brazos y comenzó a relatar.
Sucedió cuanto era joven, aproximadamente unos 16 o 17 años,
se encontraba en su casa boca arriba en la cama y escuchando un poco de música
clásica hasta que se quedo dormido (Es decir, se quedo dormido en su propio
sueño). Acto seguido se encontraba tocando el piano frente a millones de
personas, todas alegres y aplaudiendo, como si el se encontraba brindando un
show alucinante y de otro mundo, pero para su mala suerte, las personas
comenzaron a cambiar el aspecto de su rostro, estaban tristes y serios parados
y sin moverse. Ernesto a ver que todos estaban en la misma situación, comenzó a
esmerarse y a tocar con muchas mas rapidez y perfección, pero fue tanto el
sacrificio y el esfuerzo que sus manos comenzaron a sangrar de manera horrorosa
y de sus pies brotaron raíces que se fueron impregnando al suelo hasta que el
punto de sentir una claustrofobia interna que luego culmino cuando por fin se
levanto de ambos sueños, enteramente sudando y asustado.
El silencio se hizo presente nuevamente, hasta el momento en
que Pablo comenzó con su relato, en el cual se encontraba sobre una balsa, en
medio de un turbulento y desastroso mar, cubiertos de peces muertos y olas
negras que se movían de un lugar a otro sin parar, en sus manos tenia una carta
de la quien en el sueño seria su prometida, la carta, en su interior, relataba
la trágica despedida de ella hacia el y como si la ultima palabra de esa línea
estuviese endemoniada, al momento que termino de leerla, el cielo se torno
negro y tormentoso con vientos tan fuertes que ocasionaban que la balsa se
moviera de un lugar al otro sin control alguno hasta el punto en que Pablo cayo
de lleno al agua y debido a un golpe con el extremo de la balsa, quedo
completamente inconsciente. Cuando finalmente recobro el conocimiento, el horror
se apodero de el, delante de sus ojos estaba su prometida, dura y blanca
flotando junto a el en el mar. Luego de ese tenebroso desenlace, Pablo se
levanto casi sin aire y con ganas de no dormir jamás.
Era el turno de Carla, la súper y sensual vecina de Pablo.
En su sueño ella contaba la horrible y dolorosa situación que tuvo que vivir.
Se encontraba sola en una ciudad desierta, desnuda y sin
ningún rastro de vida humana, mientras caminaba entre los suburbios, pudo notar
que un grupo de hombres la estaba persiguiendo, al darse cuenta de lo que
estaba sucediendo, decidió caminar mas rápido, hasta el punto máximo de
comenzar a correr. Pero los hombres eran demasiado veloces como para dejarla
escapar y en un mínimo instante de tiempo, ya se encontraban detrás de ella,
como si se hubieran convertido en su sombra. Carla volvió a la realidad y no
pudo seguir relatando el final del sueño, debido a que comenzó a sentirse mal
por el contenido del mismo.
Mientras algunos chicos la tranquilizaban, Clara, que hasta
el momento había escuchado muy atentamente los sueños de los demás, se levanto
de su asiento y se alejo hacia el interior de la casa, llorando y gritando sin
parar, cuando me acerque hasta ella para calmarla y preguntarle que le estaba
sucediendo, se lanzo sobre mis brazos y con una pequeña y angustiada voz me
dijo
-En mi sueño, todos nosotros moríamos- Mientras se aferraba más
a mi cuerpo.
-Bueno pero no tenes por que llorar, es tan solo un sueño,
como los que estuvimos contando hace un instante.- Le conteste consolándola.
-Pero ese no es el problema- Me susurro al oído.
-¿Y cual es?- Le pregunte.
-Que este, es mi sueño-